El Retablo Mayor de la iglesia de Santiago en Ávila, de 7 metros de ancho y 14,7 de alto, data del primer tercio del siglo XVII. Está estructurado en tres cuerpos con los tres órdenes, al modo clasicista, divididos en tres calles y rematado por un ático, apoyado el primer cuerpo directamente en un zócalo de piedra al carecer de banco.
La documentación sobre este retablo es muy amplia, encontrándose las cuentas sobre su construcción en el Archivo Diocesano de Ávila, algunas publicadas en 1991 por Francisco Vázquez García en su tesis doctoral "El retablo barroco en las iglesias parroquiales de la zona norte de la provincia de Ávila", que atribuye las dos pinturas del primer cuerpo a Juan de Angulo, las del tercer a Pablo Camino, sin especificar el nombre del pintor de las dos pinturas del segundo cuerpo, aunque en la documentación aparece el nombre de Francisco Martín en relación con la pintura, dorado y estofado del retablo.
Estos tres pintores abulenses que contrataron la obra por 13.000 reales se encargaron de representar tres episodios de la vida de Santiago y otros tres relativos a la leyenda de la traslatio, lo que indica que conocían la Leyenda Dorada, compilación de relatos hagiográficos reunidos por el dominico Jacobo de la Vorágine, arzobispo de Génova, a mediados del siglo XIII, y el Libro III del Codex Calixtinus, donde se relata el traslado del cuerpo del apóstol Santiago desde Jerusalén a Galicia y su entierro en Compostela, recuperando así diversos motivos iconográficos de la vida y leyenda del apóstol Santiago difundidos a partir de la Edad Media por los Caminos a Santiago.
Al seguir la lectura habitual de un retablo, de abajo a arriba y de izquierda a derecha, se observa que las pinturas de las calles laterales no siguen ningún programa iconográfico, ya que su colocación está en función del pintor y no del desarrollo cronológico de las escenas.
Para Ávila Jacobea es significativo que estos pintores abulenses conocieran tanto el Libro III del Codex como la Leyenda Dorada y se hace una pregunta ¿era Ávila una ciudad jacobea en el siglo XVII y la iglesia de Santiago parada para los peregrinos que se dirigían hacia su sepulcro? La pregunta queda ahí y la respuesta en el aire. La de Ávila Jacobea es inequívoca, evidentemente, sí.
Pero en este retablo no sólo está representada la figura de Santiago Peregrino, está también la posiblemente imagen más reconocida de Santiago, Santiago Miles Christi, sobre un caballo (no siempre blanco) en posición de combate.
En la caja central del segundo cuerpo un altorrelieve de madera, de la época de construcción del retablo y que a mediados del siglo XVIII se pintó de blanco para imitar piedra, representa a Santiago cabalgando al galope con atuendo de peregrino, sombrero, capa que ondea con el movimiento encorvetado del caballo y esclavina con vieiras. De la imagen faltan la espada que blandiría su mano derecha y el pendón que sujetaría la izquierda y que posiblemente también tuviera conchas en su campo A sus pies yacen tres hombres con armaduras y el caballo de uno de ellos, que han sido abatidos. En el campo del escudo del personaje de la izquierda figura una media luna en altorrelieve.
La documentación sobre este retablo es muy amplia, encontrándose las cuentas sobre su construcción en el Archivo Diocesano de Ávila, algunas publicadas en 1991 por Francisco Vázquez García en su tesis doctoral "El retablo barroco en las iglesias parroquiales de la zona norte de la provincia de Ávila", que atribuye las dos pinturas del primer cuerpo a Juan de Angulo, las del tercer a Pablo Camino, sin especificar el nombre del pintor de las dos pinturas del segundo cuerpo, aunque en la documentación aparece el nombre de Francisco Martín en relación con la pintura, dorado y estofado del retablo.
Estos tres pintores abulenses que contrataron la obra por 13.000 reales se encargaron de representar tres episodios de la vida de Santiago y otros tres relativos a la leyenda de la traslatio, lo que indica que conocían la Leyenda Dorada, compilación de relatos hagiográficos reunidos por el dominico Jacobo de la Vorágine, arzobispo de Génova, a mediados del siglo XIII, y el Libro III del Codex Calixtinus, donde se relata el traslado del cuerpo del apóstol Santiago desde Jerusalén a Galicia y su entierro en Compostela, recuperando así diversos motivos iconográficos de la vida y leyenda del apóstol Santiago difundidos a partir de la Edad Media por los Caminos a Santiago.
Al seguir la lectura habitual de un retablo, de abajo a arriba y de izquierda a derecha, se observa que las pinturas de las calles laterales no siguen ningún programa iconográfico, ya que su colocación está en función del pintor y no del desarrollo cronológico de las escenas.
Para Ávila Jacobea es significativo que estos pintores abulenses conocieran tanto el Libro III del Codex como la Leyenda Dorada y se hace una pregunta ¿era Ávila una ciudad jacobea en el siglo XVII y la iglesia de Santiago parada para los peregrinos que se dirigían hacia su sepulcro? La pregunta queda ahí y la respuesta en el aire. La de Ávila Jacobea es inequívoca, evidentemente, sí.
Pero en este retablo no sólo está representada la figura de Santiago Peregrino, está también la posiblemente imagen más reconocida de Santiago, Santiago Miles Christi, sobre un caballo (no siempre blanco) en posición de combate.
En la caja central del segundo cuerpo un altorrelieve de madera, de la época de construcción del retablo y que a mediados del siglo XVIII se pintó de blanco para imitar piedra, representa a Santiago cabalgando al galope con atuendo de peregrino, sombrero, capa que ondea con el movimiento encorvetado del caballo y esclavina con vieiras. De la imagen faltan la espada que blandiría su mano derecha y el pendón que sujetaría la izquierda y que posiblemente también tuviera conchas en su campo A sus pies yacen tres hombres con armaduras y el caballo de uno de ellos, que han sido abatidos. En el campo del escudo del personaje de la izquierda figura una media luna en altorrelieve.
Se refiere a la leyenda que narra cómo en el 834, después de la derrota
de Albelda por los musulmanes, los cristianos se retiraron junto a Clavijo, en el valle del
Ebro. El rey Ramiro I se quedó dormido y se le apareció el apóstol Santiago montado
en un caballo blanco revelándole que al día siguiente vencería a los sarracenos
con estas palabras: "cuando me veáis todos en el combate montado en un caballo blanco y
ostentando en mi diestra una bandera del mismo color, acometed invocando el santo
nombre de nuestro Dios y el mío y no dudéis que la victoria será vuestra".
En agradecimiento, el rey cristiano estableció el "Voto de Santiago", por el que se ofrecía anualmente y a perpetuidad la primacía de la cosecha y la vendimia a la iglesia de Compostela, siendo abolido por las Cortes de Cádiz en 1812.
Santiago se convertiría así en el patrón guerrero de España, difundiéndose esta iconografía por la Orden de Santiago, fundada el 29 de julio de 1170, durante la Cruzada de la Reconquista.
Este retablo fue restaurado en el año 2009 a cargo de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León con la colaboración de la parroquia de Santiago, recuperándose el actual altorreieve de Santiago a caballo que fue desmontado y fragmentado hace varios años, pasando los trozos de madera de la iglesia, donde estuvieron algún tiempo, a la leñera de la casa parroquial para terminar en dependencias del Seminario, de donde fue rescatado por los restauradores que, como si de un puzle se tratara, recuperaron y recompusieron en el lugar que siempre ocupó.
Ávila Jacobea quiere agradecer a Javier Marcos Florencio, miembro de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Ávila, la cesión de las fotos de este retablo y del Santiago a caballo, así como de las sucesivas pinturas que se irán comentando.
En agradecimiento, el rey cristiano estableció el "Voto de Santiago", por el que se ofrecía anualmente y a perpetuidad la primacía de la cosecha y la vendimia a la iglesia de Compostela, siendo abolido por las Cortes de Cádiz en 1812.
Santiago se convertiría así en el patrón guerrero de España, difundiéndose esta iconografía por la Orden de Santiago, fundada el 29 de julio de 1170, durante la Cruzada de la Reconquista.
Este retablo fue restaurado en el año 2009 a cargo de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León con la colaboración de la parroquia de Santiago, recuperándose el actual altorreieve de Santiago a caballo que fue desmontado y fragmentado hace varios años, pasando los trozos de madera de la iglesia, donde estuvieron algún tiempo, a la leñera de la casa parroquial para terminar en dependencias del Seminario, de donde fue rescatado por los restauradores que, como si de un puzle se tratara, recuperaron y recompusieron en el lugar que siempre ocupó.
Ávila Jacobea quiere agradecer a Javier Marcos Florencio, miembro de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Ávila, la cesión de las fotos de este retablo y del Santiago a caballo, así como de las sucesivas pinturas que se irán comentando.
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