Anónimo
Primera mitad del siglo XVI
Azabache y dorado
27 x 10 cm.
En la peana: Ora pro nobis beate Jacobe
Museo Catedralicia. Ávila
En el Museo de la Catedral de Ávila se encuentra esta pequeña composición en azabache que representa a Santiago Peregrino con dos peregrinos arrodillados a sus pies.
Este notable conjunto fue dado a conocer en la Exposición Internacional de Barcelona del año 1929 por don Manuel Gómez Moreno, que posteriormente se incluye en su Catálogo Monumental de la provincia de Ávila en la edicción de 1983.
Gómez Morenos describe así a la pieza: "Santiago de azabache, en traje de peregrino, con una reliquia en la escarcela que pende del bordón, y, arrodillados a sus pies, dos peregrinos, hombre y mujer. Es uno de los que se fabricaban en Compostela, y más bien datará del siglo XVI, aunque conserva dejos de arcaísmo"
Este Santiago Peregrino de azabache formó parte la primera exposición de Las Edades del Hombre, celebrada en Valladolid en 1988. La ficha del catálogo de dicha exposición dice así:
Este pequeño grupo escultórico representa a Santiago Apóstol, caracterizado como peregrino jacobeo, acompañado por dos pequeñas figuras, masculina y femenina, arrodillada a sus lados.
El tema elegido y el azabache utilizado para ello indican la procedencia compostelana de la pieza.. Al menos desde el siglo XIII, se desarrollaron en Santiago de Compostela la talla y el comercio del azabache, en estrecha vinculación con las peregrinaciones jacobeas. Tal actividad alcanzó su máximo esplendor en la primera mitad del siglo XVI, fecha en que se situaría este grupo.
La figura de Santiago obedece a uno de los tipos iconográficos del santo más cultivados en esos talleres, el llamado "de pernas" que le representa de pie, descalzo y vestido con la túnica y el manto corto como propio de los peregrinos humildes, que realizaban el viaje a pie. Santiago mantiene su caracterización como Apóstol (rostro barbado,libro en la mano izquierda), pero unida, como es usual en España, a la de peregrino. Como tal, lleva también la calabaza para la bebida atada en la cintura, se cubre la cabeza con un sombrero de ala ancha decorado en la vuelta con una venera (recuerdo y símbolo de las peregrinaciones jacobeas), tiene un rosario en su mano derecha y sujeta con el brazo de ese mismo lado el bordón de caminante (al que le falta en la parte superior el típico remate esférico), del que cuelga la burjaca, abierta en su parte frontal para contener una pequeña reliquia, que no se conserva en la actualidad.
A los lados del santo se sitúan dos orantes que, labrados en menor tamaño para resaltar el carácter sagrado de aquél, constituirían el retrato convencional del matrimonio que compró (y quizá donó) la pieza. Este es también un tema frecuente en este tipo de azabaches. La indumentaria de ambos es la característica de los peregrinos: túnica ceñida a la cintura, túnica corta y sombrero de ala ancha colgado a la espalda. Cada uno sostiene su correspondiente bordón de caminante. El caballero, barbado como el santo, lleva un rosario; la dama, con la cabeza cubierta por una toca, junta sus manos en oración y las levanta hacia el santo. La imploración de la protección de Santiago expresada por ese gesto, se refuerza con el texto inscrito con letras doradas en la peana "Ora pro nobis Beate Iacobe.
La pervivencia de una tradición de raíces románicas en los talleres compostelanos de azabachería y el carácter artesanal de su factura, se manifiesta en la repetición de los prototipos y aflora en ciertos rasgos arcaizantes en la talla de los rostros, especialmente en los masculinos: ojos abultados de gruesos párpados, pómulos muy marcados, cabellos distribuidos en mechones recorridos por incisiones rectilíneas, y barbas de trazado esquemático y simétrico, con pequeños rizos convencionales en su término.
No obstante, la pieza está realizada con especial finura y es una de las mejores de su tipo. Por otra parte, es una excelente muestra de la extensión de la devoción al santo en los territorios de la Corona de Castilla, de la que Santiago se convirtió en patrono.
De nuevo Las Edades del Hombre acogen a este grupo escultórico en la exposición "Testigos" celebrada en Ávila en el año 2004. En el la ficha del catálogo de esta expansión se amplía la información sobre esta pieza labrada en azabache:
A partir de la variedad de tamaños de las capas de material de las minas de azabache asturianas, las dimensiones de esta obra sugieren su procedencia del área de Villavisiosa, en cuyo concejo los yacimientos pueden alcanzar capas de hasta 15 ó 20 metros de longitud, de 35 a 40 cms de anchura y unos 3 cms de grosor.
Desde el punto de vista iconográfico responde a un tipo bastante frecuente como peregrino, consolidado ya en la primera mitad del siglo XV. Así se deduce de las indicaciones de las "Hordenanzas Biexas en tiempos de don Lope de Mendoza (1443), donde se detallan como objeto de azabache "ymagen de Santiago, Crucifixo. conchas, sortellas". Deriva de la iconografía monumental, siendo lenta su evolución, desde la saya rozagante del principio hasta irse acortando progresivamente, por imperativo de las peregrinaciones, que buscaban acercar a Santiago con el propio peregrino; el traje del camino debía de ser cómodo. Perviven incluso los dos tipos en la primera mitad del siglo XVI. En los inventarios ese siglo figuran contratos de Santiagos de "manto o peana" (con vestidos largos), de "pernas" (traje por media pierna), de "mandiletes" (sobretúnica).
Con la mano sostiene un rosario, presente en multitud de esculturas de los siglos XV y sobre todo XVI, aunque de forma desigual, en la ruta jacobea. Dicha devoción es considerada como fundada por el dominico Alain de la Roche, en el siglo XV. La idea del "Rosenkranzbild" entendida como una fraternidad universal, se concretó en 1474 en la Confraternidad del Rosario, fundada por Jacob Sprenger, prior de los dominicos de Colonia. En España se introdujo por medio de los peregrinos alemanes, deviniendo un atributo de las figuras en azabache y objeto devocional independiente. Los dos peregrinos, hombre y mujer arrodillados, sin duda un matrimonio, se disponen sobre la peana asimismo de azabache, con la invocación grabada en capitales "ORA PRO NOBIS BEATE IACOBI" "RUEGA POR NOSOTROS SANTIAGO", y los signos de peregrino debajo. Esta invocación es una transposición de la letanía lauretana, extrapolando la invocación mariana a la jacobea.
El Doctor Yzquierdo Perrín afirma que esta iconografía de Santiago con peregrinos realizadas en azabache, dispersa por diferentes países, en Compostela no se conserva ninguna imagen antigua, aunque fueron realizadas en los talleres de los azabacheros con una composición simétrica al colocar en el centro la imagen de Santiago, piezas talladas para vendérselas a los peregrinos y que hoy se exhiben en colecciones privadas o en museos, resaltando que una de las más conocidas es esta que se conserva en el museo de la catedral de Ávila.
Este Santiago de azabache también estuvo en la exposición "Santiago, Camiño de Europa. Culto y Cultura en la Peregrinación a Compostela" celebrada en el monasterio de San Martín Pinario de Santiago de Compostela en 1993.
No hay comentarios:
Publicar un comentario